Heart attack burger... (XXL un juego de niños)

Lo que más les jode de los useños a nuestros europrogres puritanos es la falta de complejos de los primeros cuando gozan de su libertad con desparpajo. Para ellos es inaceptable, intolerable que alguien no agache la cabeza ante los mantras que diseminan y llevan en practica gracias la violencia estatal. No es que haya sorprendido la campaña totalitaria de hostigamiento contra una Burger King, el tema no por previsible deja de tener bemoles. Si es que se les ve el plumero con estas cosas por que en el fondo les mola amoldar el mundo a sus estrechas ideas, moral bárbara y su fondo de salvación terrenal inconclusa. Es que nos quieren salvar de nosotros mismos por que nos desprecian, somos basura, esclavos, sirvientes.

Me mandan un link de un restaurante en Fénix (Arizona) que le causaría urticaria a nuestra mininistra minitirana de salud ( Heil! unsere reine und gesunde Volk!) posiblemente no solo solicitaría que la hamburguesería no pudiera anunciarse para no pervertir a los mas jóvenes (que por eso mataron a Sócrates) sino que posiblemente mandaría a la policía (léase unos tipos con armas, ordenes y cierta impunidad para usarlas) a clausurar el establecimiento por crímenes contra la ciudadanía (versión moderna de pueblo-clase). El concepto es radical, lo que venden esto señores es sencillamente una brutalidad que no tiene desperdicio. Básicamente se trata de una combinación de hamburguesas gigantes, cerveza y cigarros rubios americanos servidas por señoritas disfrazadas de enfermeras cachondas de sobresalientes pechos. No se pierdan el menú, el eslogan , los eventos como el lunes de los machos alfa o la canción blues del local. ¡Sorprendente! En fin, La parrilla del paro cardiaco, supongo que eso es lo que le dará a nuestros progres si a alguien se le ocurre abrir una franquicia en España ( ojo que parece que las conceden).

Personalmente este doble bypass con servicio de silla de ruedas incluido no es lo que más llame la atención ; preferiría un salmón con una crema de gambas y un fino puré de patatas todo eso regado con cualquier sauvignon blanc del año (preferiblemente). Y así, terminar la velada con un güisqui de esos que que tienen etiqueta verde (ohhh god, Pure malt!). Sin embargo entiendo que es una opción tan valida como cualquiera para poner algo entre pecho y espalda, y como este blog se considera eso como algo sagrado e inalienable estamos partiendo un piñon con estas bestias hamburgeseras (que tengo que reconocer que me son simpáticas) y contra las momias nodrizas que nos quieren dar los potitos para ver si nos convertimos en sus esbeltos y políticamente correctos nuevos hombres del mañana. Desde aquí un apoyo a los clientes, propietarios y empleados de Burger King para que aguanten el chaparron con desparpajo y vendan/compren libremente sus XXL y no tengan complejo por hacer algo que es simplemente elegir, ser libre en definitiva. Animo rebeldes, ¡desobedeced!