De castores y hombres
Los seguidores de la bitácora de C&F y los lectores de LD habrán podido ver ya la fabulosa viñeta sobre el día de la tierra(cada año hacen una) de la pareja de grafistas useños:
Es punzante e inteligente y refleja la esquizofrenia eco-totalitaria sobre el medio ambiente y la naturaleza. Este interpretación errónea de la naturaleza no pasaría de ser anecdótica si no influenciara las decisiones de los legisladores, políticos en todos los ámbitos (desde frakenstains supranacionales como el ya celebre Robocolo de Kyoto, hasta concejales de medio ambiente haciendo de las suyas). La visión de una naturaleza en perfecto equilibrio, alegre, bondadosa y humanizada puede ser aceptable para un niño de diez años que se entretiene buscando a Nemo o se divierte con la ardi-rata de la “La era de hilo”; pero no para un adulto. En estos filmes, como en las tradicionales fábulas con animales, se distorsiona la naturaleza humanizando a los bichos desvirtuando la propia esencia de los ecosistemas que son cambiantes y la mayor parte de las veces brutales e inhumanos. No creo que estas películas y libros no sean acertados, en cierta forma, todos plantean dilemas morales y sociales que son transmitidos de forma atractiva a los niños y son tremendamente imaginativos y divertidos. Todos hemos crecido viendo a perros, patos o hipopótamos hablando y no nos ha creado ningún trauma ni nada parecido.
Sin embargo, algunos parece que se han quedado ahí. La feliz floresta de la naturaleza en estado puro de imágenes bucólicas y equilibrios perfectos. El hombre en este universo soñado no encaja (cosa curiosa dado el hombre no es un inserto colocado en la tierra por extraterrestres). El hombre es el enemigo, mas peligroso si además ese hombre es libre. Del mismo modo que estos castores tienen la fea costumbre de construir presas matando árboles creando oportunidades a otras especies a desarrollarse en las lagunas creadas y arrasando entorno de los que viven aguas abajo, los hombres alteramos (a otra escala) nuestro entorno creando y destruyendo opciones a los demás bichos. Alegarán los mas astutos que en este juego de castores y hombres el hombre tiene puede elegir. Es cierto, puede elegir, pero las opciones no son infinitas y algunas veces se pueden contar con los dedos de una mano. Y esa precisamente es la clave. Como seleccionar y escoger las opciones. Los eco-talibanes apuestan por crear un comité castoril de tala de árboles que asigne una cuota “sostenible” por castor y emplazamientos para madrigueras regulados. Este comité reportará directamente al comité regional de asuntos del río el cual dependerá del comité de aguas y bosques. Así hasta llegar al panel global de interdisciplinar de las especies de dependencia directa del comité central de gaia. Esa será su reacción cuando a la naturaleza no le da la gana de actuar como en sus ensoñaciones de asamblea estudiantil. Aplíquese el mismo procedimiento a los “asuntos humanos” y asegurará una bonita extinción de castores y hombres.
Los conocemos los resultados de las ideologías y sistemas totalitarios sabemos que la mejor forma de hacer elecciones no es a través de comités ni órganos ínter especies. Sólo con libertad, propiedad y calculo económico (del cual el sistema de precios es sólo una herramienta) permitirá elegir mas sabiamente consolidando información dispersa, prioridades y valores. Aunque claro, siempre queda la opción de exterminar a la raza humana, muerto el perro se acabó la rabia.
Bromas a parte, la idea fuerza del ecologismo es absurda y peligrosísima, siendo posiblemente el enemigo número uno de la libertad a medio y largo plazo. En el mundo de Disney de los jardines de infancia puede tener sentido. Este mundo es demasido complejo para encajar en ese fino corsé de satén... que se le va hacer.
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